Meses del año.
Existe una correspondencia estricta entre los doce meses del año lunar y las 12 constelaciones del zodiaco. Cada mes tiene una energía propia que se transmite al mundo, y dicha energía resulta favorable para trabajar ciertos aspectos de la vida, tanto en el plano individual como colectivo.
De acuerdo con los sabios místicos, el sol representa los procesos estables y cíclicos de la creación. A través del sol se determina el año, el cual alude al tiempo que vuelve y se repite en estaciones fijadas desde el primer día del mundo: primavera, verano, otoño e invierno. Lo mismo sucede con la fijación del día y la noche.
La luna por su parte sirve para determinar los meses. También la luna respeta un ciclo, aunque, y de acuerdo con la perspectiva del hombre, de permanente cambio y transformación: nace, crece, declina, desaparece, para luego volver a renovarse.
De acuerdo con el calendario hebreo, los años carecen de nombre. Es decir, carecen de esencia propia y particular. No tienen una personalidad definida. Es un tiempo hueco, una invitación en blanco. Representan nada más que una continuidad temporal: no hay nada nuevo bajo el sol.
Los meses, por el contrario, representan unidades de cambio y renovación, por tanto, aluden a estructuras temporales diferenciadas. Por esta razón llevan nombres particulares.
- Enero - C.S. 6
- Febrero - C.S. 203.
- Marzo - C.S. 704.
- Abril - C.S. 57.
- Mayo - C.S. 94.
- Junio - C.S. 75
- Julio - C.S. 203.
- Agosto - C.S. 904.
- Septiembre - C.S. 19.
- Octubre - C.S. 28.
- Noviembre - C.S. 29.
- Diciembre - C.S. 21
@latelierdiangel
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